sábado, 25 de octubre de 2014

Una bruja en un caldero - Halloween

¡Aquí está la segunda parte de mis proyectos de Halloween!

Esta mañana he asistido a un curso en Cuina de Gust, en Mataró. Se trataba de decorar un pastel con una temática muy de la temporada, una bruja en un caldero. El pastel que nos ha servido de modelo es este:



Sweet 180 graus se encargaba de impartir el curso, la profesora, Ana, es muy maja y sus explicaciones me han parecido muy precisas y claras. Yo iba al curso con unas cuantas dudas sobre el manejo del fondant, una de ellas era cómo evitar los pliegues cuando cubres el pastel y creo que, al menos por lo que se ve, esta ha quedado resuelta. Creo que la mejora del acabado desde que hice la Pa'stelada es notable. En aquella ocasión tuve la idea pero no la técnica. No sé, juzgad por vosotros mismos:
Hay variaciones en ciertos detalles, tampoco se trata de copiar la imagen, está bien ponerle a todo lo que hacemos nuestro propio toque o hacerlo a nuestro gusto. Yo estoy muy contenta porque creo que aprendido muchísimo y que el resultado es aceptable, ¿no?





Cabe decir que es la primera vez que hago un pastel con fondant y no he tirado la pasta en el momento de comer. No me he fijado durante el curso en la marca de fondant que hemos utilizado, pero sin duda lo preguntaré cuando vuelva, ¡está bueno!

En el facebook de Cuina de Gust hay más fotos del curso: https://www.facebook.com/CuinaDeGust/posts/718185904942089

Me he apuntado a un curso de repostería tradicional en este establecimiento. Con tradicional me refiero a la de toda la vida, la que de verdad gusta comer además de ver. Así que iré colgando las fotos y los comentarios de lo que haga aquí. A todos los que tengáis oportunidad de acercaros por Cuina de Gust, en Mataró, os lo recomiendo totalmente. Es una tienda muy completa, con mucho material, buenos precios, un personal muy agradable y cercano, y unos cursos muy buenos (y económicos también, que eso es importante, ¿no?)

Me hizo mucha gracia que durante el curso la gente hablaba de "caldeiros" y "meigas". Me gusta porque parece que la gente asocia esta fiesta al misticismo gallego, creo que el año que viene tengo que pensar en un proyecto más centrado en la festividad celta del Samaín. Eso sí podría ser un puntazo.

Jueves que viene, primer día del curso de pastelería, ¡a ver qué sale!

domingo, 12 de octubre de 2014

Cementerio escocés - Halloween

Os dije que volvería pronto y así ha sido.

Recientemente realicé un viaje por Escocia que ha sido de los mejores de mi vida. No solo me pareció un país increíble, de paisajes fascinantes y gentes más que acogedoras, sino que volví fascinada por las historias tétricas de desgracias y maldiciones que escuché en su capital, Edimburgo.

Edimburgo es la auténtica ciudad de Halloween. Sus cementerios son auténticos lugares de entretenimiento donde la gente va a pasear, tomarse una cerveza mientras pasea o a comer encima de una lápida, porqué no, ¿hay algún sitio mejor para ir a merendar?

Mi intención ha sido crear un cementerio a semejanza de los campos santos que vi en Escocia y que tanto me gustaron, es decir, quería crear en galleta algo así:


Y lo que ha surgido de esta intención es esto:

El cementerio consta de lápidas, tumbas y su correspondiente faro de almas, que es la torre que veis al final del paseo.

Lo del faro de almas es algo que no había visto jamás y eso que tengo afición a visitar los cementerios allí donde voy. Es como un monumento que se construye para hacer regresar a casa a las almas perdidas lejos de la patria.


En la parte superior del faro hay una vasija, del estilo de la que veis en la foto, que es real. Escocia es un país repleto de simbología masónica y este elemento plagaba todos los cementerios, así que no podía faltar en el mío.

Para este proyecto me he ayudado de un aparato nuevo (de los muchos nuevos que tengo este año): un deshidratador de alimentos. Hace tiempo encontré una publicación en Postreadicción al respecto y me pareció tan buena la idea que llevo tiempo detrás de un electrodoméstico así.
Aquí podeís consultar la publicación de la que hablo:
Secado del glaseado con el deshidratador.

La experiencia ha sido genial, es la mejor compra (o regalo, mejor dicho) que he hecho en mucho tiempo. Por cada capa solo tenía que introducir las galletas 20 minutos a 40 grados en el deshidratador y ya estaban listas para seguir decorando. No más noches de secado, se acabó, los proyectos que antes hacía en días ahora puedo acabarlos en horas.

El deshidratador que yo tengo es de Lacor, me lo compraron en el Culinarium de Mataró, os dejo el enlace a la Web oficial de la marca: deshidratador Lacor.
No solo se reduce el tiempo de espera, sino que la glasa conserva todo el color y adquiere un brillo perfecto, casi parece que estén húmedas todavía, mirad:
El color gris está tal cual cuando salió de la máquina. Incluso, si os fijáis se ven pequeñas burbujas subyacentes, pero gracias a la deshidratación no llegan a emerger y no estropean la textura.

Yo recomendaría totalmente la compra de este producto. Eso sí, creo que cuesta unos 35 euros o algo así. Allá cada uno si le parece mucho o no, desde mi posición es fácil recomendar porque me lo han regalado.

Os dejo a continuación más fotos del cementerio. ¿Qué os parece, os gusta? Lo próximo es el curso de la tarta de Halloween que hago el día 25, a ver si me queda presentable y puedo enseñároslo aquí.











Este es un pequeño montaje que un buen amigo ha hecho para mi, este le da el toque siniestro definitivo que yo quiero.

miércoles, 8 de octubre de 2014

¡Dichosa casita de Halloween!

Bienvenidos al inicio de la recta final para Halloween. Disfruto de esta época especialmente por la cantidad de ideas que evoca esta festividad. La temática de miedo es atemporal, pero tiene un sentido especial en octubre y noviembre.

Este año hay mil proyectos galleteros que quiero hacer y el primero con el que me he atrevido ha sido hacer una casita de jengibre terrorífica. Con este propósito, he comprado esto:

un kit para crear casas de galleta. Es de Kitchen Kraft, su precio ronda los 8 euros en la Web de "Le Secret de Fondant". La cajita incluye un cortador para las paredes laterales, otro para la fachada, uno más para hacer las ventanas y otros de atrezzo navideño (un gingerman y un abeto, ah, y los que sirven para hacer la chimenea).

Me he dejado engañar bastante por la perspectiva que ofrece la caja vista desde la pantalla de mi ordenador, parece pequeña y, en realidad, con este kit puedes hacer una casa de unos 25 cm de largo y unos 20 de alto: una vivienda considerablemente grande.

Lo cierto es que este pack tiene muchas carencias: las medidas no están bien reflejadas en ningún sitio (muchas veces ni en las Webs que lo venden) y, lo peor de todo, la receta e instrucciones de montaje son escasas y están traducidas con GOOGLE TRANSLATE por lo menos. Bueno, puede que no tanto, pero la redacción de la receta deja mucho que desear.
En resumen, un kit que pinta precioso y súper útil pero que a la práctica es excesivo en medidas y escaso en explicaciones. Yo no lo compraría (si pudiese volver atrás en el tiempo, claro).

Con un nuevo juguete en mi poder, me he lanzado como una posesa a hacer mi primera casa, así, a pelo y sin pruebas previas. El resultado ha sido que se me ha roto la fachada y el techo: por lo visto el techo era demasiado pesado y al realizar el montaje ha caído al peso en dos minutos.

Bueno, esto no me desanima. Volveré a probarlo pronto, por ahora voy a poner en práctica otras ideas (es una cuestión de salud mental, si se me cae otra vez ya sería demasiado).

Os dejo las fotos de lo que ha quedado para que os hagáis una idea de lo que tenía en mente: una casa realmente oscura, inquietante, siniestra...


A la izquierda tenéis una de las paredes laterales. El monstruo de la ventana es de papel de azúcar y las manos de fondant pintado a mano con colorante en polvo. La glasa de base ha quedado bastante granulada, por eso el efecto del rascado en la pared ha quedado tan auténtico.
 Esta es la parte trasera, mi favorita. La idea es que la calavera aparezca en la pared como una mancha de humedad, como la piedra húmeda y abandonada de las lápidas en los cementerios británicos (una visita reciente a Escocia me ha inspirado esta idea). Hice una plantilla con un dibujo de calavera, recorté la parte en negativo y luego la utilicé para pintar esta pared con colorante negro en polvo (de Rainbow Dust, la gama Plain colors). Cuidado con este colorante: el pigmento es muy potente y es muy fácil emborronar las superficies, con soplar para quitar el exceso basta para cargárselo todo. El colorante verde (Green Ivy de Sugarflair) le da el toque mohoso.
 Otro elemento hecho con plantilla: la araña. Tracé el dibujo con plantilla y luego creé el bicho con glasa y un palillo. Si hubiera podido hacer la casa, esta araña habría sido un puntazo. Creo que es un elemento que da madurez a la casa, a menudo las arañas de las decoraciones de Halloween son infantiles y hasta monas. ¡De eso nada! No hay nada menos mono en el mundo que una araña.
Esta es la fachada principal. A ver, la he puesto para que veáis la idea general, pero es evidente que era un desastre. La glasa del murciélago tenía burbujas y, como veis, gracias a eso el animal es poroso. En fin, eso tenía fácil arreglo y, a decir verdad, me tomaba esta casa como una simple prueba.

Hubiera sido difícil que un proyecto así saliera bien sin pruebas previas.

Aunque no cuente demasiado como tal, esto solo es el principio. ¡Tengo otro proyecto en proceso! Y nuevos productos y cacharrines que engordan mis lista de cachibaches que ya no caben en mi cocina. Ah, y un curso para hacer una tarta de Halloween preciosa al que asisto el 25 de este mes.

Tendréis noticias mías muy pronto.... ¡muajajajaja!